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Explicación de la Definición de

EXPLICACIÓN DE LA DEFINICIÓN DE VALOR

             El hombre busca el bien y lo bueno bajo un doble aspecto:

            a) como fin, que connota una tendencia activa para conseguir el objeto.

b) como valor, con connotaciones en el orden afectivo, de amor, deseo, admiración... Por lo tanto, el valor se define como un carácter de las cosas que explica que sean más o menos estima­bles o deseadas y que pueden ordenarse a un cierto fin.

Marín Ibáñez (1976) reconoce: " ... que las cosas nunca nos dejan indiferentes". Se prefieren unas a otras y en cada instante estamos valoran­do, reconociendo un valor o un antivalor a todo lo que experimen­tamos.

Psicológicamente el hombre reacciona ante la realidad asig­nándole una valoración. Por lo tanto, al asignarle una valora­ción, prefiere unos valores a otros, y por consiguiente, los desea y los busca, ya que actúan como la meta que queremos alcan­zar.                 

Decimos que son creaciones humanas porque una característica fundamental del valor es la de valer para algo y para alguien, mas aún que la de existir o estar ahí. El valor, se refiere a los constructos psicológicos, es decir, a los conceptos individua­les de lo que es deseable más que a objetos deseados. Es una creencia por la que el hombre actúa por preferencia, es una concepción de lo preferible.

Los valores no existen por sí, como entes ideales o irreales; no constituyen un mundo de objetos que exista indepen­dientemente del mundo de los objetos reales sino que requieren

la existencia de ciertas propiedades reales naturales o físicas que constituyen el soporte necesario de las propiedades que consideramos valiosas.

            Los valores nacen de la relación del otro. Han nacido y recorrido un largo camino, que comenzó hace millones de años. El término "socialización" sirve para designar el proceso por el que el individuo humano se convierte en persona. El proceso de formación del yo tiene lugar en la relación comunica­tiva con los " otros significativos", es decir, con aquellas per­sonas que, a través de sus actitudes para con el niño, le propor­cionan un modelo sobre el que conformar la actitud "objetiva" del niño consigo mismo. Gracias a esta identificación, el niño se hace capaz de adoptar e interiorizar las actitudes para con él de los "otros significativos" y con ello de identificarse a sí mismo, de adquirir una identidad subjetiva. Esta identidad es la adquisición de un mundo social. Este proceso biunívoco se hace cada vez más abstracto a medida que el niño pasa de la interiorización de las normas y actitudes específicas a la interiorización de las normas en general. La formación dentro de la conciencia del yo generalizado, constituye un paso decisivo en el proceso de socialización.

Supone la interiorización de la sociedad en cuanto tal, y por otro lado, el establecimiento subjetivo de una entidad cohe­rente y continua.  Por ello, decimos que los valores deben de ser interiorizados por la persona, que está abierta al influjo de los valores  que le rodean, ya que el individuo tiene por un lado nece­sidad imperiosa de ser él mismo y, por otro, de integrarse plenamente en el entorno social en el que vive.

El hombre es un ser en proyecto permanentemente, abierto al futuro. Ser hombre es cultivar lo específicamente humano, la inteligencia, la voluntad, los sentimientos superiores, y los demás, en cuanto sirva o al menos no interrumpa su culminación.

            Hacerse hombre es comprender, estimar y realizar en torno a él valores. Y es tarea inacabada e indefinida. Por ello comple­tamos nuestra definición diciendo que tiende a la perfec­ción. Si el proceso de humanizacíon conlleva un afán de supera­ción, de adquirir nuevas maneras de aumentar sus valores, decimos que estos mismos valores producen perfección en el hombre, le sirven como guías que quiere alcanzar y por lo tanto como pautas de conducta en su vida.  

Y a la vez lo va perfeccionando, porque a pesar de ponerse los valores como pautas de conducta, de guías, le sirven como metas para conseguir el propio perfeccionamiento.

El valor plenifica, contribuye al desarrollo, a la madurez y al logro de la naturaleza humana. ¿Educación en Valores?  Hasta ahora la enseñanza de los valores ha estado más orientada por la sociología y psicología del valor que por el modelo de hombre que se quería formar. Los profesores se muestran más interesados por los procedimientos o técnicas concretas en la enseñanza de los valores que por las cuestiones teóricas.

Es necesario definir bien un problema ante de encontrar la respuesta. Que modelo de hombre es al que aspiramos para determinar los valores que debemos alcanzar. Marchesi, en ‘Controversias en la educación española " en el año 2000 aclara que se percibe cierta indiferencia del profesorado por la enseñanza en valores al creer que por su naturaleza pertenece más al ámbito de la familia, a pesar del carácter obligatorio por ley, o que debe de aprenderse en las experiencias vividas fuera del aula.

Quintana Cabanas (1998)  hace una crítica a la LOGSE diciendo:

  • q 1º que se utiliza el concepto de educación de valores sin profundidad.
  • q 2º que expresa mayoritariamente una concepción sociológica
  • q 3º que los valores tienen una concepción relativa
  • q 4º que en la práctica educativa se infunden unos valores concretos, y los valores personales se deja que los alumnos opten arbitrariamente.
  • q 5º que muchos profesores en este tema toman la actitud del Laisez faire.

Considera los valores como principios de orientación acción de la conducta basado en ideas y afectos que culminan en preferencias motivadoras. De ellos parten las normas como reglas operativas, las actitudes como constructos operatorios personales y la conducta

La educación forma los valores y los valores son conseguidos por la Educación. La educación se construye sobre una base antropológica; está basada en valores.

Por consiguiente los valores son fines de la vida humana y por lo tanto, fines de la educación con lo que es tarea del hombre formalos.

  La enseñanza de los valores no se identifica con la transmisión de ideas, conceptos o saberes; reclama y exige la referencia a la experiencia del valor. La experiencia cotidiana del valor se hace imprescindible para la apropiación del mismo, pero las experiencias que recibe son contradictorias. Por ello, la apropiación del valor representa una opción-elección en el educando. La enseñanza del valor deberá incidir siempre en la preparación del educando para la mejor elección.

Habrá que partir del entorno más cercano, compañeros, familia, centro. La pedagogía de los modelos excepcionales, utilizada como método exclusivo,  puede llevar a la frustración ya que  mitifica a las personas y no lleva a la apropiación del valor, a la experiencia de valor que es fundamental para su apropiación.

Habrá que descubrir los valores en uno mismo, clarificar los valores y también descubrir los valores en el Otro, como conquista personal ya que la educación es y se resuelve en la praxis.

La educación en valores exige una metodología específica, requiere unas condiciones ambientales. Sin el compromiso del Centro, una formación adecuada del profesorado, la integración de valores en el currículo, y la cooperación de la familia, es una tarea imposible.

 

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