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Autorregulación

Pilar Sánchez Alvarez

AUTORREGULACIÓN

 

Uno de los temas necesarios en cualquier tratado de educación  es la salud emocional.

El hombre es un ser racional que satisface sus necesidades de modo inteligente, pero también es un ser emotivo cuya vida está llena de emociones y sentimientos, estando éstos más cerca de los valores y la significación misma de la vida.        

Las emociones básicas vinculadas al hambre, sed,  ira, sexualidad o cuidado de los niños, forman parte de nuestro equipamiento básico emocional. Pero el modo de manejar estos comportamientos innatos está en nuestras manos, ya que somos seres dotados de libertad, y por lo tanto, decidimos de acuerdo con nuestros criterios y motivos.

La inteligencia afectiva favorece el aprendizaje, la maduración y el bienestar personal por lo  que es  deseable que en los centros escolares se tome conciencia de la necesidad de promover esta capacidad de los educandos.

 La palabra emoción procede del latín motere, con el prefijo e, que puede significar mover hacia fuera. En general, existe un acuerdo en que la emoción se trata de un estado complejo, multidimensional, del organismo caracterizado por un sentimiento fuerte de excitación o perturbación; son reacciones a las informaciones que recibimos en nuestras relaciones con el entorno.

Las emociones son estados internos que no pueden observarse o medirse de forma directa, y se caracterizan porque a su vertiente psicológica se suman síntomas corporales.

En el lenguaje coloquial se confunden términos como emociones, sentimientos o vivencias emocionales.

Generalmente  las emociones, los sentimientos y las vivencias se producen por un estímulo exterior, con lo que su aparición es brusca, pero  los sentimientos  no se acompañan de cambios en la esfera corporal y   la persistencia o duración de las emociones es mucho más grave que la de los sentimientos.

Como mínimo hay seis sentimientos que experimenta todo el mundo: alegría, ira, enojo, miedo, sorpresa y tristeza.

A medida que el hombre va madurando, es capaz de controlarlas, cambiarlas, disminuirlas, o potenciarlas, debido al aprendizaje.

El comportamiento de las personas ante una emoción dependerá por tanto de su temperamento, y a la vez de la educación en este aspecto del individuo. 

Las emociones están constituidas por componentes subjetivos, conductuales y fisiológicos, basados  en Lnag que en 1984 postuló la "Teoría de los tres sistemas de respuesta emocional: cognitivo, motor y fisiológico."

Los componentes conductuales incluyen expresiones faciales, gestos y acciones y los componentes fisiológicos  los cambios que se operan en nuestro organismo y estos componente están conexionados íntimamente con el Yo, en cómo el Yo conoce, percibe, razona, deduce, observa, recuerda, interpreta...

Las emociones generan respuestas fisiológicas, como puede ser sudor, frío, temblores, aceleración cardiaca, vómitos; pero no todas las emociones generan las mismas reacciones fisiológicas, ni ante las mismas emociones  son uniformes las reacciones fisiológicas. Muchas  de estas reacciones están condicionadas por la herencia y también se pueden moldear por la experiencia, como hemos indicado en el apartado anterior.

Las emociones, si se ha establecido que son educables,  pueden modificarse, acentuarse, eliminarse, es decir, la respuesta a la pregunta ¿se pueden cambiar las emociones? no puede ser otra que una afirmación rotunda. 

El hombre debe ir perfeccionándose en todos los aspectos para conseguir una construcción personal; debe ir avanzando en el nivel cognitivo, en el afectivo y en el de la acción, es decir, en el pensar, en el sentir y en el actuar.

 Si las emociones son reacciones a las informaciones recibidas en nuestras relaciones con el entorno,  no sólo es que pueden ser educadas, sino que deben ser educadas para conseguir una tolerancia a la frustración, una autorregulación personal, a la posibilidad de motivarse..., en definitiva, a conseguir esa salud de calidad tan deseada.

 Estrategias que favorecen el autocontrol:

 

  • a) Enseñar al niño a marcarse metas u objetivos.

 

  • b) Práctica en auto observación.

 

  • c) Práctica de autoevaluación.

 

  • d) Práctica en auto refuerzo o auto castigo.

 

  • e) Ser indulgente consigo cuando se comete algún error.

 

  • f) Reconocer los propios errores.

 

  • g) Aceptarse como uno es.

 

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ryu -

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