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Autopercepción de la masculinidad y la feminidad

¿QUÉ DIFERENCIA EXISTE EN EL CONCEPTO DE IDENTIDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES?

 

Antes de seguir estudiando el sexismo es importante clarificar los conceptos de  masculinidad y feminidad. Se concibe la masculinidad y la feminidad como la autopercepción de  una serie de características de personalidad.

Siguiendo a Miguel Moya, Darío Páez, Peter Glick, Itziar Fernández y Gabrielle Poeschl (1997) se puede  afirmar que, en contra de lo considerado durante muchos años,  la masculinidad y a la feminidad no son  una única dimensión con dos polos,  no pudiendo ser nunca las dos cosas a la vez; también la creencia sobre  los roles sexuales rígidamente ligados al sexo biológico de manera que el ser masculino o femenino dependía de ser hombre o mujer, en la década de los setenta, cambian y  surge una nueva concepción de la masculinidad y la feminidad como dos dimensiones independientes, de tal forma que las personas obtienen puntuación por separado en cada una de ellas. Es decir, cada persona puntúa a la vez en  masculinidad y feminidad.

 Estos autores afirman que “fruto de esta nueva concepción nació el concepto de “androginia” para designar a aquellas personas que presentan en igual medida rasgos masculinos y femeninos. De esta nueva concepción, la masculinidad y la feminidad representan dos conjuntos de habilidades conductuales y competencias interpersonales que los individuos, independientemente de su sexo,  usan para relacionarse con su medio. Desde esta perspectiva, hombres  y mujeres son mucho más parecidos en su psicología de lo que tradicionalmente se asumía.

Cuando se habla de género se refiere a la gama de roles, relaciones, características de la personalidad, actitudes, comportamientos, valores, poder relativo, e influencia, socialmente construidos, que la sociedad asigna a ambos sexos de manera diferenciada.

 Mientras el sexo biológico está determinado por características genéticas y anatómicas, el género es una identidad adquirida y aprendida que varía ampliamente intra e interculturalmente. El género es relacional ya que no se refiere exclusivamente a las mujeres o a los hombres, sino a las relaciones entre ambos (definición dada por instraw.org). Igualdad de género no significa que hombres y mujeres tengan que convertirse en lo mismo, sino que sus derechos, responsabilidades y oportunidades no dependerán del hecho de haber nacido hombre o mujer. 

El pensamiento feminista estadounidense “inventó” el concepto de género a falta de un  instrumento adecuado para expresar la reflexión sobre los sexos. Según Seyla Benhabib (2001) se entiende por género” la construcción diferencial de los seres humanos en tipos femeninos y masculinos. El género es una categoría relacional que busca explicar una construcción de un tipo diferencial entre los seres humanos.”  Cada mujer y cada hombre van a interiorizar la cultura en la que vive, la concepción que esa cultura tiene sobre mujer u hombre, y lo va a introducir en su propia vida. 

El concepto de identidad de género es un proceso multifactorial y multideterminado. Morales J. M. (2000) realizó una exploración del sentimiento de identidad de género, entendiendo éste como el sentimiento psicológico básico y global asociado al propio sexo, siguiendo el modelo de Janet Epence, postula que la identidad de género consta al menos de cuatro dimensiones:

A.            el sentimiento de la propia identidad

B.             rasgos instrumentales y expresivos conectados con los estereotipos de género

C.            intereses, comportamiento de rol y actitudes cuyo contenido apunte al género

D.            orientación sexual

Al terminar la investigación clarificó las siguientes tesis:

a)              Determinar si existen diferencias en el tipo de afirmaciones expresadas en función del género. / Puso de manifiesto la relación entre identidad de género y sexo biológico

b)             Indagar el efecto de la edad sobre las afirmaciones expresadas. / Concluyó que las afirmaciones reciben el impacto del grado de intensidad de su identidad de género, es decir, aquellas personas con alta identidad global de género creen ajustarse a la etiqueta social, y las de baja intensidad de identidad lleva a explicaciones autorreferenciales… Las personas participantes más jóvenes son las que acuden con más frecuencia al estereotipo tradicional.

La identidad se entiende como el conjunto de características que definen al sujeto en su condición histórica. Es el resultado de una construcción simbólica.

La masculinidad es un conjunto de actitudes del género masculino que resalta en un hombre sus cualidades viriles. Se refiere a los comportamientos y cualidades que dentro de una cultura se asocian o son apropiados para el hombre. Son rasgos principalmente sociales.

Feminidad es un concepto que alude a valores, características, comportamientos y naturaleza intrínseca a la mujer.

Históricamente la oposición entre masculinidad y feminidad se presentó a través de la religión mediante el desarrollo del culto lunar y solar. Posteriormente la división del trabajo entre hombres y mujeres, desarrolló una estrecha relación entre los roles y el hecho de ser hombre o mujer.

A través de diversas investigaciones, la Federación de Mujeres Progresistas de Madrid afirma que el género cambia de una sociedad a otra. Este concepto es modificable. En la sociedad occidental se asignan valores a uno y otro sexo.

Valores asignados al género masculino y al género femenino

Género masculino

Género femenino

Independencia

 

Dependencia

Estabilidad emocional

 

Inestabilidad emocional

Dinamismo

 

Pasividad

Agresividad

 

Afectividad

Capacidad lógica

 

Intuición

Racionalidad

 

Emocional

Valentía

 

Miedo

Fuerza

 

Debilidad

Objetividad

 

Subjetividad

Cultura

 

Natural

Espacio público

 

Espacio privado

 

 

Gabriela Cob (1999) afirma que dicha identidad se construye a partir de asignaciones, mandatos, ejemplos y compulsión social teniendo varias dimensiones. La identidad asignada, la identidad aprendida, la identidad internalizada  constituyen la autoidentidad.  En ocasiones estas identidades no coinciden.

La identidad no es estática sino dinámica, está continuamente creándose y está siempre en interacción con el mundo. Existen procesos de cambio de identidad que generan conflictos tanto para ella como para el mundo de su entorno.

Al comienzo de este epígrafe se comentó el concepto tradicional y el actual de feminidad y masculinidad. Tradicionalmente se consideró estos conceptos como dos polos, es decir, la persona podía ser en mayor o menor grado masculina o femenina, pero nunca las dos cosas a la vez. Hoy hay una nueva concepción la masculinidad y la feminidad representan dos conjuntos de habilidades conductuales y competencias interpersonales, independientemente de sus sexos, utilizadas para relacionarse.

 Sin lugar a duda, hay dos encarnaciones de la naturaleza humana: el varón y la mujer. La vivencia de esta unidad de dos o diferencia en la igualdad es lo  llamado complementariedad en algunas corrientes feministas. No se trata  de una cualidad física o psíquica sino que se inscribe en el plano espiritual o lo que es lo mismo, radica en la persona. Este concepto induce a asimilar los valores del otro, el varón asume lo de la mujer y ésta los del varón.

Pero no sólo en relación con el otro, sino dentro de cada individuo. Autores como Jung, Wolf, Ballesteros, etc., afirman que valores tradicionalmente atribuidos a la mujer como ternura, intuición, delicadeza, se dan en el varón pero de forma masculina, y otros valores eminentemente asignados al varón como fortaleza, valentía etc. se dan en la mujer.

1 comentario

kim -

excelente =)