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Comentario a la encíclica Fides et Ratio

Comentario a la encíclica Fides et Ratio

Escrita por Juan Pablo II dada en Roma , el 14 de septiembre  del año 1998 , fiesta de la Exaltación de la Cruz .

 

Karol Jozef Wojtyla, Juan Pablo II, nació en Cracovia en 1920, hijo de un oficial polaco y una maestra de escuela, deportista, buen estudiante, amante del teatro y de la literatura. Cuando los nazi ocuparon Polonia, trabajo como obrero para no ser deportado, y durante este tiempo ayudó a muchos judíos  escapar de la persecución nazi. Se ordenó sacerdote tras la muerte de su padre, y se doctoró en

Teología  con un estudio sobre San Juan de la Cruz. Trabajó en varias parroquias de zonas obreras, y siguió su desarrollo intelectual impartiendo clases en varias Universidades. Asumió posiciones críticas contra el comunismo. Fue el primer papa no italiano desde 1523, y pos supuesto el primero procedente de un país comunista.   El día 22 de octubre de 1978 comenzó su pontificado siendo uno de los más largos de la Historia.

Por su espíritu misionero fue conocido como el Papa viajero, ya que hizo 104 viajes apostólicos relacionándose con diversas culturas,  inició las reuniones de jóvenes a los que defendió y dio un papel importante en su pontificado. Así mismo  dedicó mucho tiempo a las familias. También promovió el dialogo con los judíos, participó en el Concilio Vaticano II, escribió 14 encíclicas promulgó el Catecismo de la iglesia Católica, y escribió cinco libros, además de varias cartas,  reformas en la curia etc .

En 1988, a los diez años de su pontificado escribe la Encíclica Razón y Fe, para ayudar a la mentalidad actual en la búsqueda útil de la verdad, pues el hombre, según las filosofías imperantes, sería incapaz de alcanzar la verdad que todo el hombre busca. El papa con esta encíclica, quiere salir al paso de esta situación cultural de incertidumbre y ofrecer puntos de referencia.

Toda su situación personal, su formación teológica, sus experiencias misioneras, quedan recogidas en esta encíclica defendiendo la capacidad de la razón humana para conocer la verdad y pide que la fe y la filosofía vuelvan a encontrar su unidad profunda.

 La encíclica consta  una introducción en el que nos sitúa en el tema que va a desarrollar, seguida de siete capítulos en el que va desgranando el texto para acabar con unas conclusiones, donde se recoge este magisterio eclesial sobre las relaciones entre fe y razón

 

            En la revista Acipensa  (2006) en la conferencia dada por el Papa Benedicto XVII “Fe, razón y universidad,”en el encuentro del papa con su tierra natal se lee:

“Por lo demás, la ética de la investigación científica —como ha aludido usted, rector magnífico—, debe implicar una voluntad de obediencia a la verdad y, por tanto, debe ser expresión de una actitud que forma parte de las decisiones esenciales del espíritu cristiano. Por consiguiente, nuestra intención no es retirarnos o hacer una crítica negativa, sino ampliar nuestro concepto de razón y de su uso. Porque, mientras nos alegramos por las nuevas posibilidades abiertas a la humanidad, también vemos los peligros que emergen de estas posibilidades y debemos preguntarnos cómo podemos evitarlos. Sólo lo lograremos si la razón y la fe se vuelven a encontrar unidas de un modo nuevo, si superamos la limitación, autodecretada, de la razón a lo que se puede verificar con la experimentación, y le abrimos nuevamente toda su amplitud.”

 

 

En la introducción parte del axioma “conócete a ti mismo”, para que partiendo de esa autoconciencia, y a través de esas dos alas, fe y razón, se pueda llegar al conocimiento de la verdad,  a ese Dios, Verdad suprema, y desde ese conocimiento alcanzar la plena verdad de sí mismo

En toda la historia, en todas las culturas el hombre se ha preguntado por el sentido de su vida, han surgido preguntas que se hace sobre qué, por qué, para qué… Y se ha ido dando respuestas, surgiendo distintas filosofías, buscando principios universales, recta razón,  que den sentido a la vida.

 La iglesia no ha podido sustraerse de esa inquietud y considera a la filosofía el camino para conocer verdades fundamentales, y ayuda indispensable para profundizar en la fe.

Pero la filosofía, en su reflexión sobre el hombre ha aportado gran conocimiento pero también en el momento actual, ha renegado del conocimiento del ser para enfocar su punto de mira en las limitaciones y condicionamientos, cayendo en distintas formas de agnosticismo o relativismo. Convencida la iglesia de la importancia de la reflexión de la fe, para que reafirmando la verdad de la fe pueda el hombre confiar en sus capacidades cognitivas y devolver dignidad a la filosofía.

Ricardo Ferrara1, viendo la situación actual de la relación de la razón y de la fe, del distanciamiento y antagonismo existentes en las nuevas corrientes de pensamiento así como el rechazo de la fe  que se produce en el hombre actual,   plantea que “fe y razón deben deponer sus hostilidades, absolver sus parcialidades y reconciliarse con la sabiduría”.

Según Joseph Rantzinger2 la intención última de Papa en esta encíclica es animar de nuevo a la aventura de la verdad. Toda  lectura de ella te lleva al convencimiento que es necesaria esta relación para comprender  la Verdad Absoluta, al Dios que se manifiesta al hombre, de la historia de la salvación.

Unas de las preguntas que se hace el hombre es por qué creo, cómo se inserta la fe en nuestra estructura psicológica y en muchas ocasiones se plantea si es racional la credebilidad.  En la época moderna ha sido muy debatida en teología, siendo importante resaltar que las objeciones contra la fe no constituyen una fuerza determinante porque ninguna demostración científica es suficiente para hacer surgir la fe, y por tanto, ninguna puede hacerla desaparecer. 

 

En el capítulo I pone como base de la reflexión que el conocimiento no proviene del hombre, sino de Dios mismo, que de manera gratuita , se ha dado a conocer, y que este conocimiento no se contrapone con el alcanzado a través de la reflexión filosófica. “Además del conocimiento propio de la razón humana, capaz por naturaleza de llegar hasta el Creador , existe un conocimiento que es peculiar a la fe” Estos dos verdades no se confunde, porque la revelación, impulsa a la razón a intuir otras razones que debe de acoger.

Para confirmar lo que Juan Pablo II afirma  en este primer capítulo sabemos que en la tradición cristiana se ha mantenido siempre la convicción de que se puede llegar al conocimiento de Dios a partir de la realidad del mundo.  Desde que Aristóteles en su Metafísica admite la existencia de una primera sustancia , primer motor inmóvil a la que le da el nombre de Dios, los pensadores cristianos de la Edad Media lo identifican como el único Dios verdadero anunciado en la Biblia. No podemos olvidar las vías de Santo Tomas en su Summa Theologica, la prueba moral  de Kant, etc. Todos intenta afirmar la existencia de Dios con argumentos racionales. 

 Sige afirmado la encíclica que es en la historia donde se puede constatar la acción de  Dios a favor del hombre, Jesús revela el rostro de Dios, pero sólo la fe nos permite entrar en este misterio, una fe con el asentimiento a Dios donde la libertad personal se vive de modo pleno. Para ayudar a la razón están los signos de la revelación, los sacramentos, sobre todo la eucaristía.  La revelación no es un pensamiento elaborado por la razón, sino que nos es dada gratuitamente y exige ser acogida como expresión de amor.

Zubiri3  escribe: “Fe es creer en Dios y no sólo creer a Dios. Pero ¿qué es creer en una persona , en especial, creer en Dios? Para S. Agustín la cosa no ofrece duda:creer en Dios es amar creyendo. La fe sería la entrega personal en el amor”.

 

En el capítulo II inicia su reflexión afirmando que la sagrada Escritura nos presenta el vinculo profundo que existe entre el conocimiento de fe y el de la razón y la inseparable unidad de ambas.  En los libros sapienciales se presenta al hombre sabio como el que ama y busca la verdad, y al buscar una característica común a todos los hombres destaca el deseo de conocer, considerando que la razón y la fe forman una unidad no existiendo competitividad entre ellas. Israel busca con la razón el camino hacia el misterio, y la revelación Dios le da lo que con la razón no podía comprender. Dios se da a conocer por medio de la naturaleza y a través de ella se puede llegar a Dios. En definitiva, la razón es valorada pero adquiere significado pleno en la fe, no puede conocerse y descubrirse sino como ser en relación, conociendo los límites, ya que Dios le dio la razón para llegar a El pero por el pecado quedo mermada esta capacidad.

Se presenta la imposibilidad de prescindir del conocimiento ofrecido por Dios, si se quiere conocer plenamente el camino que todo hombre debe recorrer para responder a las preguntas fundamentales sobre la existencia y se debe de ayudar de la razón para recorrer ese camino.

El objeto de la fe no es una verdad abstracta, sino una persona viva, plenitud de verdad y sentido. La fe es la respuesta del hombre a la autocomunicación de Dios en Cristo por medio del Espíritu. Santo Tomás escribe: Todo creyente se adhiere a la palabra de alguien. De modo que lo principal y lo que tiene, en cierto sentido, valor de fin de todo acto de fe en la persona a cuya palabra damos adhesión.

 

En el III capítulo afirma que el hombre busca a Dios, porque la razón busca lo infinito; todos los hombres desean saber, tanto en el ámbito teórico como en el ámbito práctico. Al preguntarse por la muerte, por el fin del hombre los filósofos se plantean el sentido de la vida y la inmortalidad, buscan la verdad, el valor supremo, el universal. Las respuestas a estas preguntas han dado múltiples filosofías y experiencias personales distintas. El hombre busca la verdad y por lo tanto, confía en alcanzarla, porque tiene capacidad para esa búsqueda.

Por otra parte, el hombre recibe creencias de la generaciones anteriores y vive esas creencias y confía en los conocimientos adquiridos por otras personas, es decir, el hombre al creer, confía en la verdad que el otro le manifiesta.

El hombre, gracias a la razón busca la verdad, el verdadero bien, y el sentido de la vida y lo encuentra en el absoluto. Puede llegar a esto por vía racional o por el abandono en otras personas.

La de cristiana ayuda al hombre en esta búsqueda, ya que le permite participar en el misterio de Cristo, en el cual se le ofrece el conocimiento verdadero de Dios Uno y Trino.

Esta verdad no contradice a las verdades adquiridas por la filosofía; la verdad que nos llega por la revelación es una verdad  que debe ser comprendida a la luz de la razón.

Se puede afirmar para razonar lo anterior, que a pesar de las dificultades que encuentra el hombre para adoptar una actitud de disponibilidad ante la fe, la fe es un comportamiento propiamente humano, que está relacionado con su ser hombre entendido en su totalidad, de tal modo que la vida humana está profundamente determinada por una dimensión de fe en distinto niveles.

Cuando se habla de fe cristiana la dimensión propia es la de recibir antes que hacer. Sólo si estamos dispuestos a recibir, estamos en situación de hacer.

 La comprensión es una actividad racional del hombre. San Juan de la Cruz4  comenta cómo la fe es el proporcionado medio al entendimiento para que el alma pueda llegar a la divina unión de amor.

Alfaro5 en la “Fe como conocimiento” indica   que no consiste simplemente en el conocimiento de nuevas verdades, sino en una nueva apertura en virtud de la cual el creyente se pone en relación con el misterio de Dios y, a su luz, se hace capaz de comprender el signo de las realidades reveladas que expresan de modo accesible al hombre este misterio.

 

 

En el capítulo IV hacer un recorrido partiendo desde San Pablo que se opone a la filosofía basada en mitos y se relaciona principalmente con las que eran respetuosas con la trascendencia divina, la prevención sobre la gnosis de Ireneo y Tertuliano, el rechazo de los primeros cristianos a la filosofía porque el Evangelio les daba sentido a su vida, hasta el primer encuentro positivo de la fe con la filosofía expresada en San Justino o clemente de Alejandría.

Orígenes cristianiza a Platón , lo transformó sobre todo en conceptos como inmortalidad del alma, divinización del hombre y el origen del mal.  Nombres como Dionisio el Areopagita, o San  Agustín, que consiguió hacer la primera gran síntesis del pensamiento  filosófico y teológico, consiguieron una razón purificada y recta capaz de llegar a los más altos niveles de reflexión de lo trascendente y de lo absoluto, llevando al encuentro a la criatura con su creador.

Basándose en estas explicaciones Pablo Sudar6 muestra, a su vez, los dos escollos que acechan a la teología en su historia, la confusión entre fe y razón (Escuela de Alejandría) y su separación (Escuela de Antioquía), y remite a la “clave de oro de la teología y de la vida cristiana” del Concilio de Calcedonia.

 

En la teología escolástica hay que destacar a San Anselmo o la figura cumbre de Santo Tomas de Aquino que apuesta por una relación dialogal con el pensamiento árabe y judío. Afirma que la fe y la razón proceden de Dios y, por lo tanto, no puede existir contradicción entre ellas, ya que la fe busca y perfecciona la razón. El no permitió que la filosofía pagana entrase en el cristianismo pero no la rechazó, por lo que ha pasado a la historia como el precursor  de la relación de la filosofía y la cultura universal. El hombre tiene pasión por la verdad, y la sabiduría, que la alcanza por dos forma complementaria, una por la razón, limitada y otra por la teológica , fundada en la Revelación y puede llegar al misterio de Dios.

En la baja Edad media se produce una separación debido al espíritu racionalista, y se empieza a sentir recelo de la razón. En el pensamiento moderno se da esta contradicción en corrientes como Idealismo, positivismo, nihilismo.. la filosofía pasa de ser universal al fragmentarse y con un fin, buscando placer o poder. E incluso se llega a la alineación, dirigiéndose contra sí mismo o abandonando la búsqueda de la verdad. Actualmente esta separación se da en gran medida de los filósofos actuales por lo que el Papa hace una llamada para que la fe y la filosofía recuperen la unidad.

 

En el capítulo V presenta las intervenciones de magisterio en algunas cuestiones filosóficas. Comienza explicando que la Iglesia no tiene una filosofía propia porque la Filosofía tiene sus propios métodos y reglas, por lo que la Iglesia debe indicar las conclusiones filosóficas que van contra la verdad revelada, y tiene el deber de decir los sistemas filosóficos que van contra de ella, ya que la Iglesia es depositaria, no entendiendo esta función de forma negativa, sino como un mecanismo para animar, promover, o estimular el pensamiento filosófico a buscar la verdad.

Comentando este parrafo, Héctor J. Delbosco,  subraya la legítima pluralidad que defiende la Encíclica: “la Iglesia no propone una filosofía propia ni canoniza una filosofía particular en menoscabo de otras” (FR 49) pero se enfrenta al pluralismo relativista, que o bien niega la verdad o la reemplaza por el simple consenso. Señala también la necesidad de reconocer un núcleo de verdades filosóficas básicas que sean compatibles con la fe. Concluye con una interesante convergencia entre el pensamiento de Juan Pablo II y el filósofo neomarxista de la escuela de Frankfurt, Max Horkheimer sobre el tema crucial del empobrecimiento recíproco de la religión y de la razón en el proceso histórico de su separación moderna y posmoderna.

 

Siempre ha intervenido el magisterio de la Iglesia en determinadas filosofías como en la idolatría, el esoterismo en algunos textos del averroísmo, el fideísmo, el tradicionalismo radical , el racionalismo , el ontologismo. En el siglo XX ha llamada la atención contra las tentaciones racionalistas, o el rechazo a la teoría marxista o comunismo, el existencialismo, el historicismo…

Hoy existe el problemas que estas tesis están difundidas y no se limitan a unos pocos, como puede ser ese nuevo racionalismo o el biblicismo, creando una desconfianza hacia las verdades globales y abolir esta relación de fe y razón.

 

Pero el magisterio no se ha limitado sólo a señalar errores, y así el papa León XIII muestra como el pensamiento filosófico es una aportación fundamental para la fe. Y desde diversas perspectivas se han seguido elaborando especulaciones filosóficas que buscan mantener viva esta unidad. En el concilio Vaticano II ha mostrado esta relación y urge a los sacerdotes a tener una buena preparación filosófica.

 

En el capítulo VII nos presenta las interacción entre teología y filosofía. La teología tiene un doble principio metodológico: el ausitus fidei, por  el que se asume el contenido de la revelación, y el intelectus fidei por el que quiere reponder a las exigencias propias del pensamiento mediante la reflexión especulativa.

En este último método, intelectos fidei, la filosofía aporta la estructura del conocimiento y de la comunicación y también las formas y funciones del lenguaje. Este método hace explicita la verdad dada en la revelación. Tanto la teología dogmática como la teología moral deben articular dicho conocimiento de forma conceptual y argumentativa propia de la filosofía y es  la teología fundamental la que tiene la misión de dar razón a la fe y justificar y explicar la relación entre la fe y la reflexión filosófica. También hoy se puede ayudar de otras formas del saber humano como la historia, las ciencias, pero toda esa ayudad debe ser mediatizada por la reflexión filosófica.

Otro punto importante es como se relaciona la fe con las culturas afirmando que no se debe de hablar de una cultura concreta porque todas las culturas deben estar abiertas a la verdad. El hombre esta inmerso en la cultura y absorbe lo que generaciones anteriores le da pero a la vez modifica esta cultura con nuevos valores o aportaciones, produciendo transformaciones en ella. Continuamente se produce una inculturación, análoga a los primeros siglos.  Se insiste en el carácter irrenunciable de la herencia cultural del pasado, del acervo del pensamiento que forma la cultura pero abierta a todas las cultura, no sólo a la judía, griega o romana, sino a las culturas a las que le ha llegado más tarde el anuncio salvífico como pueden ser la culturas de la India,  China Japón y  demás países de Asia o África .

Nieduhr7 expone el debate existente sobre las relaciones entre cristianismo y cultura:” El objeto de los siguientes capítulos estriba en exponer repuestas cristianas típicas al problema de Cristo y la cultura, y contribuir así a la compresión mutua entre grupos cristianos diferentes y, a menudo, en pugna. La creencia subyacente a este esfuerzo es, sin embargo, la convicción de que Cristo, como Señor vivo, responde a sus interrogantes en la totalidad de la historia y de la vida de una forma que trasciende la sabiduríaa de todos sus interpretes, pero que utiliza para ello las penetraciones parciales de estos últimos y sus conflictos necesarios”

Entre la teología y la filosofía debe de darse una circularidad. Para la teología el punto de partida en la revelación, pero para su compresión debe de utilizar la reflexión filosófica, y este reflexionar, este estar atento de la razón, es animada a explorar vías que por sí sola no habría nunca pensado en recorrer.

 Según Juan Carlos Scannone8  se refiere al punto de partida del Papa, que habla más como teólogo y pastor que como filósofo, al admirable “círculo hermenéutico teológico” entre la fe que busca entender y la inteligencia que busca creer y finalmente al “exceso de sabiduría, es decir de sentido, de verdad y de racionalidad nueva” que aporta la Revelación a la filosofía, permitiéndole llevarla más allá de sí misma.

Así mismo Carlos María Galli9 analiza varios tipos de circularidad entre fe y razón, a saber: el “círculo o cerco” epistémico que delimita el ámbito propio de cada disciplina, filosofía y teología; la “circulación” que lleva a considerar los aportes recíprocos que las enriquecen mutuamente gracias a un movimiento ascendente de la razón y otro descendente de la revelación; el paradigma circular de la Encarnación, unidad-distinción en Cristo, rostro humano de Dios y rostro divino del hombre; finalmente el sentido circular de la “presencia recíproca o perijoresis” donde cada ciencia toma para sí los mejores aportes de la otra y ambas se potencian recíprocamente.

 

 

La filosofía en sus relaciones con la fe, toma diversas posturas: independencia absoluta respecto a la revelación, otra sería la filosofía cristiana, no como filosofía oficial de la iglesia sino un modo de filosofar cristiano y otra posición sería cuando la teología recurre a la filosofía. Esta última debe ser lugar de encuentro entre la fe cristiana y las distintas culturas, y un lugar de encuentro entre creyentes y no creyentes. 

 

En el capítulo VII acomete las exigencias y los cometidos actuales. La filosofía de la Biblia nos presentan la convicción de que la vida humana y el mundo tiene sentido y están orientados hacia su cumplimiento que se realiza en Jesucristo. Pero hoy hay crisis de sentido, no se busca la verdad; y lo primordial hoy es que la filosofía busque el sentido último y global de la vida. El no tener este sentido hace que la filosofía caiga en errores, como el eclecticismo, el historicismo, el llamado modernismo, el cientificismo, el pragmatismo , nihilismo que han anulado la búsqueda de la verdad global quedándose en verdades parciales o negando incluso esta búsqueda.

Según Ratzingern10 siguiendo la línea discursiva del Papa,   hoy no se busca la verdad como se afirma en la encíclica, sino se busca su utilidad, la praxis; “la moderna actitud  cae en una falsa humildad  a que niega al hombre la capacidad para la verdad y en una falsa soberbia con la que se sitúa sobre las cosas, sobre la verdad misma , en cuanto erige en meta de su pensamiento la ampliación de su poder , el dominio de las cosas”

Hoy la teología, como se afirma en el Concilio Vaticano II debe mirar hacia la verdad dada en la revelación, y debe de ayudarse en la filosofía con un dialogo sincero para presentar la inteligencia de la Revelación y el contenido de la fe, porque esta verdad dada en y para la historia, representa una verdad estable y definitiva.

 Termina la encíclica con una conclusión donde se afirma de manera categórica que la fe y la razón se ayudan mutuamente, ejerciendo recíprocamente una función tanto de examen crítico y purificado, como estímulo para progresar en la verdad y por lo tanto hace un llamamiento a los teólogos, a los sacerdotes, a los filósofos, a los científicos, y a todos en general que fijen su atención en el hombre que Cristo salvó en el misterios de su amor y en su permanente búsqueda de verdad y sentido. E invoca a la Virgen como Trono de Sabiduría

El lenguaje en que se expresa el autor es un lenguaje claro, asequible a todos, sin complejidad lingüística aunque hay pasajes de la encíclica que requieren lectura atenta y detenida, no tanto por el lenguaje, sino por la complejidad de los conceptos.

Su pensamiento sigue un proceso lógico y evolutivo y el discurso lineal partiendo desde situarse en el problema hasta la misión actual de la Iglesia respecto a la relación de la fe y la razón, analizando algunos sistemas filosóficos y sin abdicar de los avances actuales de la filosofía, de la ciencia, de las ideologías, dando pautas para una recta compresión de la palabra de Dios. La primera parte de la encíclica es mas expositivo para terminar con una interperlación sobre la verdadera Verdad

 

1 Revista Criterio 2006

2 Revista Acipensa.2006

3 Zubiri en El hombre y Dios,1985

4 San Juan de la Cruz Subida al monte Carmelo. Libro II, capítulo VI

5 Alfaro Fe como conocimiento

6 Pablo Sudar. Criterio, 2002

7 Nieduhr Cristo y la cultura. 1968

8 Sannone Revista criterio 2006

9 Carlos María Galli Revista criterio 2006

 

10 Revista Acipensa.2006

 

2 comentarios

Rodolfo Plata -

LA PAIDEIA GRIEGA DE CRISTO: La semana santa es tiempo de recogimiento, meditación, ejercicios espirituales y rectificación: La paideia griega tenía como propósito educar a la juventud en la virtud (desarrollo de la espiritualidad) y la sabiduría (cuidado de la verdad), mediante la práctica continua de ejercicios espirituales (cultivo de sí), a fin de prevenir y curar las enfermedades del alma. El educador, utilizando el discurso filosófico y la discusión de casos y ejemplos prácticos, más que informar trataba de inducir transformaciones buenas y convenientes para si mismo y la sociedad, motivando a los jóvenes a practicar las virtudes opuestas a los defectos encontrados en el fondo del alma, a efecto de adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos) __La vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo coincide cien por ciento con el currículo y objetivo de la filosofía griega. Y por su autentico valor pedagógico, el apóstol Felipe introdujo en los ejercicios espirituales la paideia de Cristo (posteriormente enriquecida por San Basilio, San Gregorio, San Agustín y San Clemente de Alejandría, con el currículo y la metodología de los filósofos greco romanos: Aristóteles, Cicerón, Diógenes, Platón, Séneca, Sócrates, Marco Aurelio,,,), a fin de alcanzar la trascendencia humana (patente en Cristo) y la sociedad perfecta (Reino de Dios). Meta que no se ha logrado debido que la teología judeo cristiana fruto de la unión de la paideia de Cristo con Antiguo Testamento, al apartar la fe de la razón, castra mentalmente a sus seguidores extraviándolos hacia la ecumene abrahámica que conduce al precipicio de la perdición eterna (muerte espiritual)__ Es tiempo de rectificar y retomar la paideia griega de Cristo, separando de nuestra fe el Antiguo Testamento y su teología fantástica que han impedido a los pueblos cristianos alcanzar la supra humanidad. Pierre Hadot: Ejercicios Espirituales y Filosofía Antigua. Editorial Siruela. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD

Joaquin Gorreta -

Aquí esta mi conocimiento para vuestra inteligencia

La inteligencia del ser en su mano está

Mano= inteligencia divina, automática, autónoma,
Intuitiva y creativa.

Con un cuerpo cuidado a la perfección,
Automáticamente e intuitivamente, etc.

Cada movimiento de mano es pura
Matemática e inteligencia.

Con tu pensamiento puedes coger lo que quieras, cuanto quieras, y el tiempo que quieras, pero acuérdate de cerrarla
Eso es inteligencia.

Cuando no piensas funciona sola.

Nacemos con manos inteligentes y un cuerpo perfecto, nosotros lo hacemos deteriorar por falta de conocimientos hacia nosotros mismos.

Humanos adora tus manos, son todos tus sentidos, tu pasado, tu presente y tu destino

Ten presente que:

El humilde es sabio, y en inteligencia es superior al que no es humilde.
Crea la dulzura en ti, y alcanzaras maravillas en el universo.

COMO DESARROLLAR LA MÁXIMA INTELIGENCIA EN EL MÍNIMO TIEMPO

SCOOTERS CONDUCCION INTELIGENTE

Necesario:

-Las tres primeras paradas hacer lo máximo para frenar lo mínimo y suave posible.

-Ya estas en tu moto, tu eres el profesor y tu eres el alumno.

-En la sensibilidad de tu mano esta tu inteligencia.

Crea la dulzura en tu mano y conseguirás maravillas con tu scooters

Hace 40 años la mano del hombre invento el vehiculo de su futuro, la primera scooters.

Hoy la tenéis en vuestra mano, y lo mejor vuestra inteligencia.

Atentamente
Joaquin 53 años