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Integración de la mujer en la sociedad

Pilar Sánchez Alvarez

INTEGRACIÓN DE LA MUJER

 

Las ideas de modernidad, en contraposición a las ideas de feudalismo y regímenes absolutistas, significaron un avance radical en la historia de la humanidad. De esclavos, de siervos, de no tener acceso ni a la propiedad personal, (recuérdese el derecho de pernada de los amos sobre los siervos), ni a la propiedad privada de bienes o enseres (todo era del amo), pasaron a  la situación de hombres libres,  con posibilidad de ejercer oficios, de poner talleres, tiendas…; a ser amos de sí mismos y de sus propias decisiones.

Estas concepciones basadas en la modernidad, constituyeron un factor liberador basado en la justicia social. Sin embargo, la organización de los hombres y las mujeres no se orientó por estos principios, esa justicia tan añorada, tan buscada, alcanzada a base de revueltas y luchas sociales, alcanzó sólo a la mitad de la población.

La valoración de lo femenino y lo masculino no estaba basada en los ideales de equidad y autonomía.

 Las mujeres eran excluidas de la participación pública y las recluyeron en los espacios privados, e incluso se les negaba la racionalidad, se las sometía a la autoridad hasta en el ámbito de lo privado. Se les negaba el acceso a la educación, a poseer bienes, a desarrollarse, se mantuvieron las relaciones desiguales entre hombres y mujeres, por ideas religiosas, por ideas biológicas, por concepciones de poder y autoridad.

Las mujeres vivieron  todos los avances sociales de manera pasiva, detrás de la reja, lo veía como algo que estaba sucediendo de manera positiva, pero que a ellas no le afectaban, pues seguían con los mismos patrones de conducta de los siglos anteriores, sin cambios.

La mujer estaba limitada al ámbito familiar y casi todas sus relaciones eran privadas, no se integraba en los otros grupos de socialización, vivía y moría dentro de este grupo, sin posibilidad de acceder a los otros grupos porque se le niega la posibilidad de educarse.

 

 La historia del acceso de las mujeres al conocimiento tiene tres momentos importantes:

 

 

ü      1º Desde el renacimiento hasta el triunfo de la revolución científica en el siglo XVII  cuando se plantea el acceso a la educación elemental de las mujeres. Pero  incluso en este momento,  ilustres pensadores como Luís Vives o Erasmo de Rótterdam se plantean la educación, no para ellas, sino porque están con los hijos, es decir, no se cuestionan la inferioridad que ellas tienen, sino que se les educa en beneficio de los hijos.

     Algunas mujeres educadas, empiezan a pedir  la educación de las mujeres para ellas   mismas e incluso, piden la igualdad. La educación de la mujer era un simple recurso            para beneficiar a los hijos, la mujer no cuenta como persona sino como transmisora    de la cultura y esa élite de mujeres cultas pide el acceso a la formación de todas y        cada una de las mujeres. Pero esta idea fue peyorizada, y aunque iba sentando      precedentes, su evolución era lenta.

 

ü      2º El segundo momento histórico se produce en la segunda mitad del siglo XIX, cuando se plantean el acceso a la Universidad, primero en Universidades separadas, segregadas y como oyentes y después para licenciarse o doctorarse. Se  crearon escuelas superiores donde la mujer pudiese estudiar, costeadas con capital de mujeres cultas y formadas y se empezaron a licenciar en esas Universidades femeninas.

     No se podía asistir a las Universidades de los hombres con plenos derechos, sólo       para aumentar la cultura, considerado en ese momento como algo fuera de lugar y sin sentido práctico. Y se permitió su asistencia porque su presencia era exigua, y sin     competir con ellos.

 

ü      3º El tercer momento, conocido como la segunda ola del feminismo,  se caracteriza no ya por la lucha para alcanzar el acceso a la educación o a la enseñanza superior,  ya  conseguida pues hoy nadie duda del derecho de la mujer a asistir a la Universidad y de hecho, se está produciendo una inversión en las elecciones del alumnado, prefiriendo las mujeres los estudios universitarios y lo hombres ciclos formativos de grado superior,  sino  que hoy, en el momento actual, se  plantea el  porqué hay tan pocas mujeres, en un primer momento, estudiando carreras científicas o tecnológicas y en  un segundo momento, porque hay tan pocas mujeres en los puestos de responsabilidad o detentando el poder, teniendo la misma preparación que los hombres.

     Se ha estudiado el currículo de estos estudios, se ha buscado estereotipos en los que puedan mirarse las mujeres,  se ha pasado de la escuela mixta a la coeducación. El    paso siguiente fue hacerse una serie de preguntas como: si se consigue la igualdad            de oportunidades con respecto a los estudios, ¿por qué no acceden con esa misma     igualdad a los puestos de responsabilidad? ¿Es que falla el principio de igualdad de      oportunidades?

 

Y esto lo aplicamos a los países desarrollados, porque aún hay países donde la mujer no es valorada, el nacimiento de una hija es una desgracia, se vende por poco dinero, se lapidan, se violan como reparación de falta  (las castas); todas estas noticias están en la hemerotecas, en los últimos números;  son noticias  del siglo XXI.

Las mujeres se han opuesto a su exclusión  y se han movilizado para acceder al mundo en igualdad de condiciones que los hombres; quieren tener la misma igualdad de oportunidades como personas, quieren educarse, acceder al mundo del trabajo, alcanzar los puestos directivos o puestos de responsabilidad en igualdad de condiciones, a esos puestos prohibitivos, por el hecho de ser mujer.  

Han intentado recuperar la justicia que se alcanzó con la salida del feudalismo. Pero esta justicia no se conseguirá con imposición, con discriminaciones positivas, porque se caería  en la misma injusticia que se quiere erradicar.  

 Solo se conseguirá con la Educación, con una Educación en la igualdad, para la igualdad y con igualdad. Es necesario preparar al alumnado  para el mundo actual, cada vez más complejo, es imprescindible educar en valores como libertad y justicia, y esto exige  la participación de todos los sectores, de la familia, de la escuela, de la sociedad, de los medios de comunicación.

La mujer, en el pasado y aún en el momento actual, contribuye en las tareas esenciales para la vida y estas tareas imprescindibles, como es el ser ama de casa, en ocuparse de los hijos, en cuidar a los enfermos del ámbito familiar, en atender a los mayores, se considera trabajo de segunda, por no estar recompensado con una “Paga” ¿Y no realizan un trabajo? ¿Cuántas horas dedica a esas tareas?

La mujer, que libremente elige esta opción para su realización personal, no está considerada socialmente. Y si pensamos en la importancia y trascendencia de este trabajo no tiene sentido esta valoración negativa. Es una opción  libre en una sociedad democrática.

 Pero la mujer, que libremente elija la opción de trabajar fuera del ámbito doméstico, acceder a puestos directivos, a puestos de responsabilidad, tiene el mismo derecho que cualquier persona. Y por eso es importante la Educación de todo el alumnado, enseñando a compartir tareas, esas tareas que por tradición recaían en la mujer, y que hoy, deben ser tareas de ambos sexos.

Lo que quiere la mujer actual,   en una sociedad fundada en la igualdad, la libertad, la solidaridad, la justicia y la paz, es poder decidir su propia realización personal, sin estar condicionada por su condición de mujer. 

Es poder decidir sus opciones formativas, sus opciones de vida, de realización profesional en igualdad a resto de la humanidad, sin condicionamientos ni discriminaciones. Es tener todas las posibilidades de elección, y decidir libremente estas opciones.

 

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