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Feminismo del siglo XXI

FEMINISMO DEL SIGLO XXI O NEOFEMINISMO

 

En la actualidad siguen vivas todas las tendencias del siglo pasado. Y aunque se afirma que  hoy no existe el Feminismo porque no dominan las calles, en las mejores universidades se sigue estudiando y publicando multitud de trabajos relacionados con este movimiento, y tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo,  son muchas las mujeres, y algunos hombres los que continúan buscando la igualdad y militando en las diversas corrientes feministas. Cada vez es mayor el interés sobre este tema, y aunque hoy las corrientes feministas existen y persiguen sus objetivos, no se dan las grandes manifestaciones de tiempos pasados.

Ante de iniciar una revisión del feminismo  actual hay una frase de Victoria Sau (1986) que retrata muy bien los momentos de la mujer en la historia  y la posición que las mujeres deben de adoptar para el futuro. Ella   escribe: “el feminismo sería la culminación de un proceso de tres fases: victimismo, que se limita a deplorar el sometimiento y la explotación, representado por la figura de Casandra; denuncia  de los abusos de poder y las leyes que lo permiten, encarnada por Antigona; actuación, el momento de Lisastra, en que las mujeres  deciden transformar el ámbito sociocultural, político y económico”.

Casandra, hija de los reyes de Troya, tenía el don de la profecía otorgado por Apolo, pero al rechazar el amor de éste, la maldijo escupiéndole en la boca de tal manera que seguiría profetizando, pero nadie le creería.  Este mito también  lo utilizó, la escritora Cristina Wolf, y en la literatura moderna a menudo se identifica con   el arquetipo de alguien cuya visión profética es oscurecida por la locura. Es símbolo de la persona que puede ver el futuro y no puede hacer nada para cambiarlo, aquella que predice y no la creen.  Larga historia de las mujeres, sometidas y explotadas. ¿Y en la actualidad se da este mito? ¿Hay países donde las mujeres se lamentan del sometimiento y la explotación, y no se les escucha como al loco de Nietsche, aquel  que con el candil buscaba a Dios?

En la segunda fase, representada por  Antigona, quien se rebela contra Creonte, su tío y suegro, porque decide enterrar a su hermano en contra de la orden de éste. Este desacato a la autoridad le acarrea la muerte pero denuncia con su actitud los abusos del poder, las leyes injustas. ¿En el momento actual, se siguen con leyes injustas que provocan la muerte de muchas mujeres? ¿Se lapidan por conductas no deseadas que atentan al código del honor? ¿Se siguen mutilando a las mujeres por abusos de poder? 

Lisístrata, mujer soldado, cansada de las continuas guerras, reúne a las mujeres de ambos bandos y les propone iniciar una huelga de tipo sexual. Tras convencerlas, los hombres dejan las luchas y firman la paz. Lisístrata se ha convertido en un símbolo del esfuerzo organizado y pacífico a favor de la paz.

¿Qué actitud se está dando en el momento actual? ¿Mujeres sometidas y explotadas, mujeres denunciantes de los abusos del poder, o mujeres que con esfuerzo organizado y pacífico intentan cambiar la sociedad?

   Si se analiza el mundo se observa la fusión de las tres posturas, países en vías de desarrollo con miles de Casandras, dominadas y explotadas, y otros países donde las posturas de Antígona y Lisístrata se entrecruzan con la de Casandra.

 La situación actual de la mujer en el mundo, ya se ha dicho anteriormente, varía mucho según el área geopolítica en la que se encuentre. En los países del norte la mujer ha alcanzado grandes cotas de igualdad, aunque en el plano de la realidad aún no se ha conseguido plenamente, mientras  en los países del sur, la explotación y la discriminación de la mujer perduran.

Actualmente se produce violencia de género en todas las naciones, tanto en las desarrolladas como en las naciones en vías de desarrollo, pero es  sobre todo las  mujeres inmigrantes indocumentadas o las que han permanecido en sus países esclavizadas, las que soportan la máxima pobreza,  las que tienen mayor analfabetismo,  las que no tienen derechos;  mujeres inmigrantes que han abandonado su mundo a veces para escabullirse de discriminaciones, a veces asumiendo la responsabilidad familiar, y que a llegar al  paraíso idealizado por ellas,   siguen siendo discriminadas, sin acceso a protección, con esa falta de derechos y sometidas a violencia.

Debido a la globalización, hoy todos los parámetros utilizados en el mundo tienen que ver con el económico, y la sociedad valora el tener y poseer, más que el ser. No se valora el trabajo doméstico porque no se cobra un sueldo por ese concepto, sin percatarse de la importancia de este trabajo para el confor y la felicidad de todas las personas. Ese trabajo denigrado y desechado  por muchas mujeres occidentales recae en esas mujeres inmigrantes, que, en ocasiones, reciben la discriminación de las propias mujeres. No hay una igualdad real entre esas mujeres inmigrantes y las mujeres de los países ricos.

La gran revolución llegó con la incorporación de la mujer al mundo del trabajo, y aunque la igualdad teórica con el hombre es casi total, no lo es así en la práctica. Empleo precario, más paro, menos salario ante el mismo trabajo. .. Y, cuando se consigue la igualdad aparece el llamado  “techo de cristal.” Techo de Cristal  definido por Mabel Butín,  como: “Una superficie superior invisible en la carrera laboral de las mujeres, difícil de traspasar, que les impide seguir avanzando. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos, ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido sobre la base de otros rasgos, que por su invisibilidad, son difíciles de detectar.”

Este techo parece invisible pero las estadísticas demuestran su existencia. Hoy no se puede aducir ni a la falta de nivel formativo ni a la participación generalizada de las mujeres en el mercado de trabajo ya que actualmente, tanto la formación como la participación, se garantiza a todas.

En los años ochenta se acuña el término techo de cristal que ha ido creciendo en popularidad pero, aunque muchas mujeres lo sienten, no pueden explicar por qué, con qué frecuencia se da, ni qué causas lo justifican.

 No son las leyes laborales discriminatorias, que no se dan; ni la falta de formación, que tampoco es cierto.  Muchas explicaciones buscan las causas en las propias mujeres, en las actitudes, en los intereses, en las motivaciones. Otra vez volvemos  a las creencias sociales estereotipadas sobre los géneros y a las responsabilidades familiares asumidas mayoritariamente por las mujeres.

Una vez incorporada la mujer al trabajo  es  necesario adaptar las empresas a esta nueva situación laboral, mediante flexibilización de horarios y mejoras de carácter legal.

El Feminismo actual no está presente en los grandes medios de comunicación, pero está latente y vigente y  sigue luchando, de otras formas y con otros medios para conseguir la igualdad de hombres y mujeres. Ya no es el Feminismo beligerante que lucha por conseguir derechos, pero existe aunque ha conocido profundas transformaciones porque se ha avanzado mucho en los objetivos propuestos en su inicio y porque se debe adaptar a  los avances de la sociedad. Es la hora de cuestionar algunos principios, es la hora de analizar evaluar y valorar lo andado y planificar el fututo. Susana Carro Fernández (2003) lo hace en el libro: “Tras las huellas del segundo sexo”

 Algunas autoras como Susana Tamaro afirman “el feminismo está acabado. La mujer ha vuelto a su papel de objeto, sólo preocupada por su cuerpo y su uso sexual.”

Es cierto que muchas mujeres han adoptado este modelo y que parte de las  nuevas generaciones han perdido interés por esta lucha reinvidicativa; pero muchas jóvenes han desarrollado un feminismo cuyo objetivo es la mejora de la sociedad en general, sin excluir a los varones.

 Quizás el nuevo Feminismo se debería convertir en un movimiento global contra toda injusticia, no sólo de las mujeres occidentales, sino de todas las mujeres y, a través de ellas, de toda la sociedad.

Gracias a este movimiento, se ha sensibilizado a la mayoría de los países sobre la desigualdad existente entre hombres y mujeres, y en algunos se ha conseguido grandes conquistas, aunque queda aún camino que allanar.  

 Mujeres como De Miguel Álvarez, Cristina Molina, Luisa Posada, Luz Estella León, Rosalía Romero. Alicia Puleo, Alicia Miyares, Amalia Gonzalez Angela Sierra, María José Agra, Montserrat Boix, Raquel Osborne, Victoria Ferer, Esperanzan Bosch,  Eva Antón. Pilar Aguilar  siguen haciendo visible el actual Feminismo en España.

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