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Mujeres inmigrantes

Cuando hablamos de sexismo es necesario hablar de las mujeres de los países en vías de desarrollo, porque ellas siguen soportando las mayores discriminaciones y desigualdades con respecto al hombre. Y en esta sociedad globalizada, en la sociedad actual, se está produciendo un fenómeno nuevo que en siglo anteriores no se podía concebir, y es la emigración de miles de mujeres en condiciones desfavorables, salen de su entorno para buscar nuevos horizontes donde su vida no sea tan miserable, y en muchas ocasiones, son ellas las que aportan el sustento a sus familias cuya residencia sigue en sus países de origen. Ellas inician una aventura dejando atrás a sus hijos, que van a depender económicamente de sus ingresos.

El hecho de que muchas mujeres inmigrantes hayan venido a los países del llamado primer mundo hace darse cuenta  de la gran diversidad y diferencia entre ellas mismas  y de ellas con las mujeres de los países occidentales. No sólo reconocen las desigualdades dadas entre ellas sino la diferencia existente con las mujeres de los países donde han inmigrado e intentan integrarse.

Estas mujeres, según    Zabala González, (2001), por el hecho de ser inmigrante, son aún más discriminadas, se les explota y  se pone de manifiesto con mucha más fuerza la falta de igualdad. Y las personas  defensoras  de  los derechos humanos, la igualdad de todos y todas,  no pueden ser indiferentes ante este hecho, ante estas mujeres diferentes.

 

Siguiendo el pensamiento de  Zabala,  en una sociedad multicultural no se puede permitir la explotación y la discriminación de estas mujeres inmigrantes, que han huido de sus países por la pobreza y marginación que allí sufrían, que en ocasiones son cabezas de familia, bien por haberse separado, bien porque sus maridos se han desplazado por guerras, o por razones de trabajo, que en otras ocasiones lo han hecho por persecución política, agresiones sexistas o por prejuicio sociales, con estatus sociales desvalorizados como mujeres repudiadas, madres soltera o victimas de agresiones sexuales, y además, soportan con mayor frecuencia, ser maltratadas por sus propios compañeros. Los factores que llevan a un hombre inmigrante a maltratar a su mujer, según la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, pueden ser el estrés que conlleva la inmigración, la diferencia de estilos de vida, y/o el considerar a las mujeres de su propiedad.  Pero la realidad, sean las causas las que sean, es que estas mujeres sufren en mayor proporción malos tratos de sus compañeros.

Siguiendo el pensamiento de  Zabala,  en una sociedad multicultural no se puede permitir la explotación y la discriminación de estas mujeres inmigrantes, que han huido de sus países por la pobreza y marginación que allí sufrían, que en ocasiones son cabezas de familia, bien por haberse separado, bien porque sus maridos se han desplazado por guerras, o por razones de trabajo, que en otras ocasiones lo han hecho por persecución política, agresiones sexistas o por prejuicio sociales, con estatus sociales desvalorizados como mujeres repudiadas, madres soltera o victimas de agresiones sexuales, y además, soportan con mayor frecuencia, ser maltratadas por sus propios compañeros. Los factores que llevan a un hombre inmigrante a maltratar a su mujer, según la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, pueden ser el estrés que conlleva la inmigración, la diferencia de estilos de vida, y/o el considerar a las mujeres de su propiedad.  Pero la realidad, sean las causas las que sean, es que estas mujeres sufren en mayor proporción malos tratos de sus compañeros.

Las mujeres inmigrantes vienen a realizar trabajos que las mujeres de aquí no quieren hacer porque se quieren liberar de ellos. Pero este trabajo que realizan o están dentro de la economía sumergida o no tiene los derechos de protección social, situación que no se denuncia debido a su situación de sin papeles o de precariedad por los permisos temporales de residencia o trabajo.

En la sociedad actual por la incorporación de la mujer de los países desarrollados a puestos remunerados, con la realización de la doble jornada de éstas, se ha producido un vacío en la prestación de servicios  realizados actualmente por las mujeres inmigrantes.

En ocasiones y sin generalizar, las mujeres occidentales, liberadas, con puestos de trabajo satisfactorios, emplean a mujeres inmigrantes en condiciones laborales ínfimas, comportándose con ellas,  de forma tan discriminatoria como se ha intentado denunciar durante años sobre la situación de la mujer.

Cuando se da esta conducta, cuando una mujer discrimina a otra mujer ¿Dónde está esa igualdad tan cacareada?, ¿Es que la mujer liberada, profesional debe comportarse con valores dominantes y ejercer violencia con seres más débiles?, ¿No actúan de forma denostada por varias generaciones de mujeres buscadoras de la Igualdad?

La solidaridad obliga a lograr los derechos humanos para todos y todas. Se hace necesario revisar el concepto de trabajo y analizar las causas de no considerar  las actividades realizadas por las mujeres como trabajo.

En todas las partes del mundo las mujeres están en condiciones de inferioridad respecto a los hombres, es decir, hay una desigualdad a favor de los hombres. En los años 2000 y 2005 las dos marchas mundiales de mujeres se ha basado en dos ejes fundamentales: contra la violencia y contra la pobreza.  Esto revela que en todas las partes del mundo las mujeres sufren violencia sexista y son las más pobres de los pobres, siempre por razones de género.

Zabala propone para todas las mujeres del mundo:

1º Conocer

2º Reconocer

3º Reconocerse

 

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