Educar con Inteligencia Emocional
.EDUCAR CON INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Una vez establecido el concepto de emoción y el de inteligencia emocional, de conocer la influencia en la salud de las personas, nos proponemos establecer un programa para educar este componente esencial.
Freud en 1910 escribía: " la escuela secundaria debe hacer algo más que evitar impulsar a los jovenes al suicidio; ella debe crear el placer de vivir. Me parece incontestable que la escuela no haga esto y que en muchos aspectos se quede por debajo de su propia tarea, que la de ofrecer un sustituto de la familia y de suscitar el interés por la vida que se desarrolla en el exterior, en el mundo"
La escuela no puede todo, no es la panacea y tampoco tiene formulas magistrales que eliminen todos los problemas existentes, no debe de cargar con todos los conflictos y no se puede considerar como la única tabla de salvación; pero la escuela de hoy, en general, no está a la altura de sus posibilidades y responsabilidades potenciales.
La educación es un derecho y un deber de los padres, de los que no deben ni pueden prescindir, pero para ejercer ese derecho cuenta con la colaboración de la escuela que debe, puede y sabe educar. Y educar emocionalmente, como una faceta más de las distintas que forman el ser humano.
Maurice.J, Steven E.y Brian.S en el 2000 proponen una serie de reglas para educar emocionalmente:
La Regla de Oro que propone es:
"Trate a los demás como le gustaría que los demás le tratasen a usted.
Trate a sus hijos como le gustaría que les tratasen los demás"
Nos aporta los siguientes consejos:
- 1. Sea consciente de sus propios sentimientos y de los demás.
- 2. Muestre empatía y comprenda los puntos de vista de los demás entendiendo por empatía es la capacidad de compartir los sentimientos del otro. Requiere interpretar los sentimientos del otro y los propios. Es muy importante para los padres establecer lazos de empatía con los hijos, conocer sus sentimientos y las distintas perspectivas. Los padres son modelos de los hijos, y ellos aprenden conductas, actitudes, valores de ellos. Los padres deben explicar sus conductas y sentimientos, si lo que queremos es que ellos aprendan a expresarlos.
- 3. Haga frente de forma positiva a los impulsos emocionales y de conducta y regúlelos. Walter Mischel realizó una experiencia con alumnos de cuatro años, consistente en tomarse una golosina inmediatamente o esperar unos minutos hasta que el investigador entrase de nuevo en la habitación, y en ese momento recibirían dos. Al efectuar el seguimiento de esos niños, descubrió que los que habían esperado obtenían mejores resultados en una variedad de conductas positivas y en pruebas de actitud académica.
- 4. Se hace necesario controlar nuestros impulsos ya que nos permitirá enfrentarnos mejor a todas las situaciones de la vida.
- 5. Plantéese objetivos positivos y trace planes para alcanzarlos El trazar objetivos suponen optimismo y esperanza, porque cuando los trazas esperas y confías en alcanzarlos y también, el tener claro los objetivos implica esfuerzos, métodos para conseguirlos.
- 6. Utilice las dotes sociales positivas a la hora de manejar sus relaciones.
Muchos educadores se han planteado esta manera de educar a sus alumnos considerando que para educar las emociones se debe partir de un diagnóstico, desenterrar lo oculto e inconsciente, no hablar de sentimientos de forma genérica, sino de aquellos que se expresan a través de proyectos amorosos, proyectos de vida, fantasías, medios y expectativas, y observar, siempre observar las reacciones, las conductas, las expresiones de los alumnos.
Charo Altable Vicario propone hablar de sentimientos con los jóvenes, y presenta seis ejercicios para trabajar la educación afectiva en Secundaria, donde chicos y chicas inventan la historia de amor ideal, aprenden a conversar con su cuerpo, encarnan a algún personaje mítico de la infancia o narran su propia vida en las viñetas de un cómic.
Otros, como el proyecto de Haimaguada desde 1994 se ha planteado trabajar la afectividad y la sexualidad en la escuela integrando contenidos informativos y actitudinales dentro de una perspectiva coeducadora y en educación en valores. Una educación que aporte algo a la formación de un proyecto de vida.
Todas estas perspectivas, proyectos, programas debe crear espacios en donde las personas se acerquen a conseguir la maduración personal, a sentirse bien, a potenciar su salud física y mental, a lo que llamamos felicidad, último objetivo del hombre.
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