Concepto de sexualidad
Concepto de Sexualidad
Pilar Sánchez Alvarez
INTRODUCCIÓN
Como profesionales de la enseñanza y como personas interesadas en el mundo en el que vivimos, nos cuestionamos para qué educamos a los jóvenes, qué queremos conseguir con la educación, en definitiva, lo que nos preguntamos es sobre las finalidades de la educación y sobre los objetivos de los que partimos.
Todo el proceso educativo está impregnado de los objetivos establecidos, ya que cuando programamos contenidos, actividades, materiales, organización temporal o espacial, secuenciación de contenidos, etc, hay que tener presente dichos objetivos.
Camps V. (1990) afirma que vivimos en un mundo plural, sin ideologías sólidas y patentes, en sociedades abiertas y secularizadas, instalados en el liberalismo económico y político, y que desconfiamos de los grandes ideales porque estamos asistiendo a la extinción y fracaso de las utopías recientes. Afirma que estamos desorientado y confusos y que es admite la necesidad de emprender algún proyecto que de sentido al presente y oriente al futuro.
Este proyecto no puede ser otro que aquel cuyo fundamento esté en la concepción del ser humano, el proyecto que nos abra a la esperanza y a la solidaridad, y nos perfeccione como personas.
En el artículo 27,2 de nuestra Constitución nos muestra el mundo axiológico, base de la Educación: " La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales". La demanda exigida está en formar hombres que desarrollen el aspecto cognitivo y moral, hombres con facultad de conocimiento, con capacidad crítica y con sentido moral. Debe proporcionar a los educandos los instrumentos lógicos, mentales, psicológicos, morales para descubrir por sí mismo la escala de valores de un modo crítico y responsable.
Analizando la LOGSE vemos en el segundo párrafo del preámbulo lo siguiente: " El objetivo primero y fundamental de la educación es el de proporcionar a los niños y a las niñas, a los jóvenes de uno y otro sexo una formación plena que les permita conformar su propia y esencial identidad, así como construir una concepción de la realidad que integre a la vez el conocimiento y la valoración ética y moral de la misma. Tal formación plena ha de ir dirigida al desarrollo de su capacidad para ejercer, de manera crítica y en una sociedad axiológicamente plural, la libertad, la tolerancia y la solidaridad
En esta sociedad de futuro, configurada progresivamente como una sociedad del saber, la educación compartirá con otras instancias sociales la transmisión de información y conocimientos, pero adquirirá aún mayor relevancia su capacidad para ordenarlos críticamente, para darles sentido personal y moral, para generar actitudes individuales y colectivas, para desarrollar aptitudes, para preservar en su esencia, adaptándolos a las situaciones emergentes, los valores con los que nos identificamos individualmente y colectivamente"
Si analizamos el currículo vemos que hay correspondencia entre los planes de estudio y los valores; así observamos como el área Tecnológica tiene como principal objetivo potenciar los valores útiles; el área Plástica desarrollará de manera más significativa los valores estéticos; lo valores intelectuales se verán más potenciados en el área de Ciencias, tanto Naturales, como Sociales, en el Lenguaje, en la Matemáticas, la Filosofía potenciará el valor del sentido último del mundo y de la vida o bien los valores morales.
Esto podría inducirnos a pensar que estos valores se transmiten al enseñar estas áreas y la tarea del profesor se desarrollaría con sólo aplicar estrictamente los contenidos establecidos en ellas. Pero todos sabemos que no es así.
Existe un currículo oculto que es importante en la transmisión de los valores. El profesor transmite valores no en abstracto, sino asociados a un plano personal de relación profesor-alumno. Por lo tanto, es necesario desvelar este currículo y clarificarlo lo más posible si es que queremos educar y no sólo transmitir conocimientos, si nuestra intención es formar hombres que sepan comportarse como personas, desarrollando las capacidades cognitivas o intelectuales, las capacidades motrices, la afectividad, la relación interpersonal y la capacidad de actuación e inserción en el medio.
Existen en la LOGSE unos contenidos de enseñanza aprendizaje que no hacen referencia a ninguna área en concreto ni a ninguna edad o etapa, sino que afectan a todas las áreas y que deben desarrollarse a todo lo largo de la escolaridad. Son los temas transversales.
Entre ellos encontramos la Educación Afectivo Sexual, articulada con la Educación para la Salud.
¿ POR QUÉ EDUCACIÓN AFECTIVO SEXUAL?
No debemos caer en el error de confundir esta educación desarrollando sólo una parcela del ser humano, primando lo intelectual sobre lo afectivo o los valores. Como todo contenido de enseñanza debe tenerse en cuenta las tres clases de contenidos, es decir, los contenidos conceptuales, los procedimentales y los actitudinales. No debemos dar sólo información sin preocuparnos de sus actitudes, de desentrañar los mitos o prejuicios que se relacionan con este tema, así como los hábitos de higiene durante la mestruación, alimentación en el embarazo, etc.
Cada persona genera su propia transformación a partir de su proyecto de vida; este proyecto depende de la identificación con determinados modelos, de la información que se recibe, del intercambio social. Se construye la personalidad y junto con ella la sexualidad, la vivencia de su propio sexo y la configuración de un lenguaje para expresarla.
Se da una interrelación entre los mensajes transmitidos por los genes, las gónadas y las hormonas, las pautas que el medio ofrece y la elaboración, estructuración y reestructuración de los elementos psíquicos de cada uno. No hay que olvidar:
1º Que todo ser al nacer es un ser sexuado y no puede dejar de serlo.
2º Que no todos viven la sexualidad de la misma manera.
3º Que en la sexualidad se da un componente biológico y también social.
4º Que toda la realidad social no puede entenderse sin la sexualidad.
5º Que en la adolescencia es donde se desarrolla la identidad personal y, que en esta identidad es fundamental la configuración de la sexualidad.
6º Que en la adolescencia, cuando nuestros alumnos son más vulnerables, se ven estimulados por la música, la publicidad y modas, que pueden formar un concepto erróneo de su propia sexualidad. Incluso los medios de comunicación pueden, a veces, producirles frustración debido a falsas informaciones y a deformaciones de la realidad.
Estas reflexiones nos llevan a concluir que la sexualidad es una dimensión vital del ser humano. Y si los educadores queremos formar personas se hace imprescindible educar esta dimensión. El hombre es una unidad radical de los somático y lo psíquico relacionados tan íntimamente que forman un todo imposible de separar.
Lo que interesa es brindar a nuestros alumnos la posibilidad de adquirir una manera de ser, de sentir, de actuar, de superar miedos, de construir actitudes positivas ante el hecho sexual, ante su propia sexualidad y ante la de los demás.
Sexualidad y afectividad constituyen en el proceso del desarrollo humano del individuo un área de aprendizaje vital: la capacidad de amar y ser amado, la intimidad, la ternura. No se puede eliminar a la sexualidad de esta afectividad, ya que la sexualidad cuando se impregna de afectividad la lleva a la plenitud y madurez. La sexualidad no debe quedar reducida solamente a la dimensión biológica porque mutilaríamos la personalidad del individuo al eliminar otros aspectos tan importantes en la relación humana como son los aspectos psicosociales.
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