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¿Hay alumnos-fracasos?

 

 

El hombre vive inmerso en una sociedad que influye constantemente en su manera de pensar y de actuar. Se produce un influjo constante entre hombre- emisor y sociedad- receptora y viceversa, sociedad- emisora, hombre- receptor.

Por este motivo, para comprender el mundo axiológico es necesario analizar la realidad social que envuelve al hombre, realidad en la que se inserta y a la vez modifica.

Analizando la sociedad moderna descubrimos, entre otros los siguientes rasgos:

1º Revolución tecnológica y científica. Cada vez existen más avances tecnológicos y nuevos descubrimientos que inciden en la industria haciendo la vida del hombre más fácil. Se produjo una industrialización masiva con una mayor producción de bienes, creando nuevas necesidades para satisfacer el ritmo implacable de la producción. A primeros de siglo las calles ven aparecer los primeros automóviles y hoy hemos conseguido el avión supersónico, y un carácter masivo de los desplazamientos de la población. Las comunicaciones se caracterizan por la rapidez, por su extensión y por los modos dominantes de lenguaje: imagen y sonido. Ha aumentado la calidad de vida de los hombres; ha cambiado la organización en el trabajo ofreciendo más tiempo libre, ha erradicado enfermedades..., pero a la vez ha producido una sociedad de consumo exacerbado, un progresivo alejamiento de la naturaleza, una explosión demográfica, no ya por el aumento de la natalidad, que ha bajado alarmantemente en los países occidentales, sino por el descenso de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida, que hoy puede situarse hasta los 80 0 85 años, produciendo el envejecimiento progresivo de la sociedad, el reparto desigual de los bienes de producción...

Se produce un éxodo rural y una masiva urbanización, desaparecen las fronteras divisorias entre las clases sociales, vamos hacia la "aldea digital" pero el paro, la delincuencia, la agresividad, la droga, la soledad, hacen estragos en el hombre.

2º Concepciones filosóficas, preocupadas por ofrecer una visión de globalidad de la existencia humana. El hombre busca una visión de totalidad que la ciencia y la técnica no les ofrece. Tradicionalmente esta función era asumida por la Religión y hoy, es asumida por concepciones filosóficas diferentes que intentan dar respuesta a las interrogantes del hombre sobre la existencia y que a la vez influye en la elección de valores.

Desde Feuerbach con expresiones como: "el hombre es lo que come", con una visión sobre éste como el que vive, ama y sufre, el existente completo y su afirmación de que es el ser supremo del hombre; pasando por Marx, con su máxima: "la religión alinea al hombre, siguiendo la concepción humanista del anterior; o bien Nietzche, con la idea del Superhombre y la muerte de Dios; o Freud, que califica la religión como neurosis de la Humanidad; hasta Shopenhauer, con la ética de la compasión; o Kiekegaard, para el que la verdad es hallar la idea por la que vivir y morir; o Diltehy, cuyo nombre va unido al historicismo; o Sarte, para el que la Libertad es forzada, el amor irrealizable, quedando sólo la nausea; o Camus, también existencialista, solidario con los sufrimientos del mundo entero, expresando su fe en la vida, en los hombres, pero no en un Dios que no se interesa por la humanidad; o el humanismo científico que buscando en ocasiones esa visión de globalidad, se sale del rigor científico, o el antihumanismo estructuralista, llegando a la muerte del hombre, reduciéndolo a reflejos automáticos, a números estadístico o a un primate más evolucionado, hasta el humanismo cristiano de Mounier o Maritain, son meros ejemplos de esas concepciones pluralistas y diversas que conviven en la actualidad.

Proliferan sectas destructivas y no destructivas, seudoreligiones, filosofías orientales, etc.

 

3º Un proceso de secularización, que aunque podamos poner su origen en el Renacimiento, ha sido en estos últimos tiempos cuando ha llegado a la cima. La liberación de la mentalidad sacralizada para afirmar su autonomía y la del mundo hace que el hombre de hoy, el joven actual, no tenga unos criterios uniformes, sino que aparece una pluralidad del pensamiento, una sociedad pluralista, con visiones distintas del concepto de hombre de su finalidad y de la existencia.

Se produce un retroceso en lo sagrado, de lo espiritual para emerger valores profanos, materiales y humanos.

Se manifiesta una "deseclesiastización" perdiendo las iglesias influencia en lo social, una desvalorización de lo religioso en beneficio de valores materiales, físicos, deportivos, de salud... Se trata más que de un rechazo de lo sagrado de un proceso de emancipación, hacia una mayor autonomía del hombre, de discernimiento ya que la ciencia purifica todo pensamiento de adherencias extrañas, superticiones, magias...

A la vez se observa múltiples contradicciones:

Existiendo gran riqueza hay zonas del mundo que mueren de

hambre.

Grandes avances científicos en todas las áreas y materias, y si embargo hay un gran número de analfabetos

Gritos de libertad que resuenan en todos los confines, y aumentan las formas de esclavitud

Variedad de concepciones filosóficas que buscan dar respuesta al hombre y se está llegando a una deshumanización alarmante.

 

Se está produciendo un desencanto del mundo moderno, una crisis de valores. Y tras un período de confusión, aparecen unos valores postmodernos, una pérdida del materialismo que nos ha invadido durante los últimos tiempos, y se busca una ética que regule la vida de las personas. Estos gritos proféticos de unos cuantos, denunciando la pérdida de valores, están presentes en nuestra sociedad y son muchas las llamadas de atención que estamos recibiendo sobre este problema. Esto hace que el tema de los valores se convierta en tarea prioritaria para todos, y sobre todo, para aquellos que estamos formando a las nuevas generaciones.

Los profesionales de la enseñanza estamos recibiendo mensajes alarmantes sobre el fracaso escolar que algunos lo sitúa en torno al 40%. Este dato preocupa a educadores, y a todos los que tienen responsabilidad sobre este tema, no sólo los programadores o los que legislan las finalidades u objetivos de la educación, sino a los padres y a los propios alumnos.

En los años que llevo dedicada a la enseñanza, yo no he encontrado alumnos fracaso, sino alumnos con deficiencias psíquicas, motóricas, sensoriales, niños con distintas capacidades, diversas motivaciones, expectativas variadas, diferentes maneras de pensar y de actuar, de estilos de vida. Cuando apreciaba desfase entre lo esperado y lo conseguido siempre había causas que los justificaban. En resumen, con distintas jerarquías de valores.

Si entendemos la educación como el perfeccionamiento integral del ser humano, debemos educar a nuestros alumnos en todos los aspectos, y es imposible pensar una educación en la que nos se tengan en cuenta la educación en valores.

Es necesario partir del alumno, de sus conocimientos previos, de sus valoraciones, de sus creencias, de las normas que tiene interiorizadas para poder construir un aprendizaje significativo.

Estas ideas centrales:

1º No hay alumnos fracaso

2º Debemos partir del propio alumno y sus motivaciones

son las ideas que justifican el trabajo.

 

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